UNA CARICIA DEL ALMA

En una entrevista que leía ayer, SERGIO volvía a insistir, una vez más, que BAILAR PEGADOS era algo más que una canción por la magia que contenía. Si volvemos la vista atrás, lejos quedó ya ese guiño de hace veinte años que nos cautivó a las quinceañeras de antaño y provocó la admiración entre los expertos del mundo discográfico por la potente voz de su intérprete. Los bailarines de entonces cumplen ya hoy casi los cuarenta pero siguen conservando la misma magia de aquel momento en el que subidos en el escenario crearon el baile más especial que jamás hubieran contemplando los ojos de ningún televidente. Alguien dijo hoy que la música es como una caricia del alma, efectivamente no se podía definir con mayor exactitud lo que es la música. Una sensación que te atrapa de lleno en tu interior desnudando lo peor y lo mejor de cada uno de nosotros. Un susurro al oído que nace cada día con nuevos matices, con nuevos colores. Experiencia del hoy y del ayer entremezclados con las pasiones más mundanas, más pasionales, más efímeras. Es pues la capacidad de reinterpretación que cada uno le damos a ese BAILAR PEGADOS la que le convierte en un himno, en ese tema especial en el que todos nos unimos para cantar "bajito y al oído" lo que significa la música en nuestras vidas, lo que supone SERGIO con su voz para nuestras existencias.

Quizás un día como hoy, tarde de domingo de siesta y de post concierto, ya casi rozando el que será el próximo esta semana, está bien sentarse, tomar ese café y recrearnos entre nuestros recuerdos más puros que supone esa canción que para nosotros se ha convertido ya en un himno, en un canto al dalmatismo, a la vida, a la música. BAILAR PEGADOS es nuestra niña mimada. El auditorio se queda en silencio cuando SERGIO en esta gira la desnuda de todos los artificios y la interpreta limpia, en la más absoluta intimidad. Es en este momento cuando se produce la conexión total entre el artista, la música y los que habitamos el patio de butacas. Con la emoción a flor de piel, a tu mente van llegando imágenes que se agolpan una tras otra como si de una sesión de diapositivas se tratara. Recuerdas esa primera actuación, esa primera cinta que llegó a tus manos, el primer beso robado que le diste a alguien en un portal, los tiernos sueños adolescentes que tuviste a medias con tu almohada, ...esa melodía te lleva como una noria por tu túnel de los sentimientos, ese mundo íntimo en el que sin querer te vas acercando al hoy, y es entonces cuando las palabras de SERGIO cobran mayor certeza "es una canción con magia". Efectivamente a todos los que crecimos con SERGIO, con su música, la melodía más especial para nosotros se nos presenta entonces como una sucesión de notas que nos recuerdan a los amores que van y vienen, momentos especiales que tuvimos y tenemos con ese tema...por eso, llega un momento en el que no hace falta que suene el piano, ni el violín, ni la guitarra, sólo su voz, esa voz que nos hace estremecer y nos devuelve la ilusión, el ansía de seguir creyendo que después de los fantasmas aún quedan por venir luces, amores nuevos que devolverán el aire que hace falta para respirar, alegrías que te impulsarán a repetir el baile con la pareja a la que amas. Sí, está claro BAILAR PEGADOS tiene esa magia, que la hace no envejecer aunque pase el tiempo. No pierde ni una sóla pizca de la inocencia de entonces, pero con el paso del tiempo gana mucho más, gana a su intérprete en una etapa de esplendor absoluta, y gana aún más a su público, al de entonces y al de ahora, nos gana a todos...Cuando SERGIO acaba su canción, el auditorio en pie tras corear ese precioso estribillo une sus manos en un sonoro aplauso que reconoce lo que era impensable hace más de veinte años, que una simple canción perdurara en el tiempo como el primer día. Gracias SERGIO por haber hecho posible que hoy todos tengamos un himno, nuestro himno, gracias por acariciarnos el alma cuando cantas y, sobre todo, gracias por hacer que esta canción siga acompañando amores y desamores, que siga siendo testigo mudo del corazón, de nuestros corazones que tu rozas cada vez que te escuchamos. No tiene precio lo que nos das, eso creo que ya lo sabes, pero desde aquí no tendremos manera, forma, palabras de agradecertelo. Podrá pasar el tiempo, pero sólo tú y tu música permanecerán para siempre en la retina de nuestro mundo emocional.

Y a la espera de las noticias del concierto de ayer en Logroño, y deseando esta humilde bloguera que llegue el póximo miércoles para volver a subirse a ese tren que te lleva a VIA DALMA con mayor rapidez que uno de alta velocidad, nos despedimos hasta mañana eso sí bailando más pegados que nunca. Mis queridos dalmáticos no dejen nunca de bailar pegados y de acariciar almas. Gracias a la música, hoy estamos aquí reunidos, ese es el mayor regalo. Y hablando de regalos, no me quiero despedir sin enviar nuestra felicitación más especial a nuestro gran artista y también dalmático Pablo Gonzi que hoy cumple espléndidos cuarenta años. Hoy Pablo, el BAILAR PEGADOS  te lo dedicamos a ti y yo os dedico otro para cada uno de mis dalmáticos que hacéis posible que el tren de las emociones siga su curso. SERGIO es grande, el mejor, pero vosotros lo hacéis todo aún más especial. Muchos besos de vuestra Barby Barney, que hoy está nostálgica, resacosa, ojerosa, cansada....pero que no se olvida de mandaros muchos besos también, cómo no! de vuestro